LAS TORRES DE COTILLAS
Campana de Auroros Virgen del Rosario de Las Torres de Cotillas
Antonio Fernández Martínez
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Se tiene noticias escritas y orales de los auroros de Las Torres de Cotillas desde principios del siglo XIX cuando un grupo de hombres recorrían los caminos de la huerta en plena madrugada acompañados solo del toque de una campana, y a la luz de un farol, iban cantando salves a la Virgen recordando a los vecinos la obligación religiosa de acudir a la Misa primera. En Semana Santa celebran los Vía Crucis con paradas en los catorce pilones de mampostería, ladrillo y yeso que se encontraban situados en el camino de tierra y piedra que llevaba de la iglesia hasta el antiguo cementerio parroquial. Se aprovechan dichos pilones como referencia en donde parar y reflexionar emulando las estaciones del camino del Calvario. Llegando al lugar donde se encontraba el decimocuarto y último pilón, se daba la vuelta rodeando las tapias del cementerio cantando salves de Pasión y que la remozada campana de auroros recupera para su repertorio. De esa generación de hermanos auroros cabe recordar a Marcelino Contreras (rezaor), Jesús Espinosa (campana) y los acompañantes Juan Sandoval, Daniel Hernández, Manuel Hernández, Antonio Contreras, Juan Baño, José Belchí, Cariote Contreras, los hermanos José y Celso Navarro, Pedro el Cañonero, etc. Este grupo se acaba disolviendo por falta de apoyos económicos, y, sobre todo, por falta de nueva gente que renovara y diera continuidad al grupo. Hace unos años, en las noches de vigilia que preceden a la Semana Santa, mientras que los cofrades engalanan los tronos de cara a las procesiones solían aparecer por la iglesia el grupo de “auroros” cantando salves a la Virgen recordando sus tiempos mozos. En esa época si bien su mejor virtud no era ya precisamente la afinación vocal, a su modo mantenían viva la llama qua después acaba prendiendo.