Entidad religiosa creada en 1821
AUROROS DE LA HERMANDAD DE NTRª SRª DEL ROSARIO DE SANTA CRUZ

¿Qué son los auroros?

Según la tradición ser auroro es compartir junto a los demás hermanos cantores de la aurora un mismo sentimiento fervoroso de fidelidad mariana, un especial regusto por la oración cantada, coplas y salves, cuyas letras exaltan las excelencias de la Santísima Virgen en sus distintas advocaciones marianas, María del Rosario, del Carmen, de la Aurora, de la Purísima, también la de los santos de la Iglesia, siempre reclamando en la jaculatoria, plegaria o invocación fervorosa, su intercesión por alcanzar el premio de la salvación eterna. Del mismo modo ser auroro supone tener una gran capacidad de sacrificio personal renunciando a frecuentes momentos de distracción, ocio o descanso por atender su compromiso con la disciplina grupal, con motivo de la celebración de la despierta de la aurora en la madrugada dominical o festiva u otros compromisos. Igualmente, los auroros tienen mucho de solidaridad piadosa ante estados de necesidad de carácter religioso sobrevenidos por el fallecimiento de los hermanos, cantores, músicos o de tarja, tributándoles sufragios por sus almas a modo de salves, misas y rosarios. Y ello siempre de forma totalmente desinteresada y altruista. Todas estas cualidades suelen ser normalmente desconocidas para cuantas personas, interesadas o no por el fenómeno cultural del canto religioso de los auroros, sólo suelen tener un vago conocimiento de una singular manifestación de religiosidad popular.

La aurora murciana desde una perspectiva histórica es portadora de importantes elementos configuradores de la cultura tradicional. Lo primero que de ella cabe destacar es el canto de salves, oraciones y coplas cantadas, que reflejan la expresión musical de la fe popular. Lo segundo destacable, es la estética del canto religioso de los auroros en las despiertas o noches de canto celebradas a altas horas de la madrugada por un grupo de hombres, muchas veces con frío intenso, agrupados en uno o dos coros, donde se vislumbra un farol encendido que representa la fe en un Cristo resucitado. Las despiertas se realizan todas las madrugadas de los domingos del año lo que implica, para los dispertadores de la aurora, un gran sacrificio personal. Tercero, el canto religioso de los auroros es portador de elementos musicales tradicionales, su contextura melódica discurre sobre todo en el siglo XVIII, es una música viva, un patrimonio musical sujeto a un proceso evolutivo continuo. Cuarto, el canto religioso de los auroros es un elemento catequizador del pueblo, la repetición del conjunto de salves y coplas que forman el oratorio, muchas veces común y coincidente entre las distintas campanas de auroros, realiza una labor evangelizadora en la que domina la transmisión oral del saber y el conocimiento. Por último, el canto religioso de la aurora murciana se sitúa en el entorno de la música culta, tesis mantenida por el profesor José García Matos cuando reconoce, en 1962, que algunas fuentes musicales de los auroros son cultas “aunque con adiciones transformantes de sello popular”, siendo el modo en que las melodías son ejecutadas el rasgo que más sustancialmente las avalora y realza.

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